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Propiedades de la sal marina

Propiedades de la sal marina

Minerales de sal marina

La sal marina es la sal producida por la evaporación del agua del mar. Se utiliza como condimento en la cocina, la cosmética y la conservación de alimentos. También se denomina sal de laurel,[1] sal solar,[2] o simplemente sal. Al igual que la sal gema, la producción de sal marina se remonta a la prehistoria.

La composición química de las sales marinas comercializadas varía mucho. Aunque el componente principal es el cloruro sódico, la parte restante puede oscilar entre menos del 0,2 y el 10% de otras sales. Se trata principalmente de sales de cloruro y sulfato de calcio, potasio y magnesio, con cantidades sustancialmente menores de muchos oligoelementos presentes en el agua de mar natural. Aunque la composición de la sal comercial puede variar, la composición iónica del agua salada natural es relativamente constante[3].

La sal marina se menciona en el Vinaya Pitaka, una escritura budista compilada a mediados del siglo V a.C.[4] El principio de producción es la evaporación del agua de la salmuera marina. En climas cálidos y secos, puede realizarse enteramente mediante energía solar, pero en otros climas se han utilizado fuentes de combustible. La producción moderna de sal marina se encuentra casi exclusivamente en el Mediterráneo y otros climas cálidos y secos[5].

Baño de sal

Todas estas sales comparten algunas características: sus enlaces iónicos, sus puntos de fusión relativamente altos, su conductividad eléctrica cuando están fundidas o en disolución y su estructura cristalina como sólido.

Se calcula que la sal tiene más de 14.000 usos; quizá le sorprenda saber que desempeña un papel esencial en la fabricación de miles de artículos que utilizamos a diario, como el ordenador que está utilizando para ver este sitio web, las zapatillas que lleva en los pies y la ropa que lleva puesta.

En su forma natural, la sal suele contener trazas de cloruro de magnesio, sulfato de magnesio y bromuro de magnesio, entre otros. Estas impurezas pueden teñir de amarillo, rojo, azul o morado los cristales, que de otro modo serían transparentes.

Cuánto sodio hay en la sal

La sal marina, en general, es la sal derivada del agua del océano o de lagos salados por evaporación. Todos conocemos el sabor de la sal, y lo más habitual es utilizarla para sazonar nuestros alimentos, ya que les añade sabor. Se ha utilizado en todo el mundo para cocinar desde la prehistoria.

Probablemente haya oído hablar de la advertencia sanitaria habitual sobre la cantidad de sodio necesaria: “Siga una dieta baja en sodio o vigile su consumo de sodio para mejorar la salud del corazón”. Aunque hay algo de cierto en que la sal provoca hipertensión, esto sólo se aplica a la sal de mesa blanca refinada que verá a menudo en los saleros de los restaurantes. Esto se debe a que estas sales han sido despojadas de sus minerales beneficiosos y sólo tienen sodio y cloruro, que crean desequilibrios y enfermedades en el cuerpo.

¿Sabía que la sal marina de alta calidad contiene 84 oligoelementos que nutren y fortalecen nuestro organismo? Antes podíamos obtener suficientes minerales de los alimentos que comíamos. Sin embargo, con el monocultivo y los métodos agrícolas inadecuados, nuestro suelo se ha quedado sin estos minerales esenciales y ya no aporta los nutrientes a nuestros alimentos como antes.

Sal marina del Himalaya

Los enjuagues de agua salada son uno de mis remedios naturales favoritos para cualquier persona con enfermedades de las encías, infecciones, llagas en la boca o heridas. Los enjuagues de agua salada favorecen la cicatrización y calman la inflamación de los tejidos, por lo que son especialmente buenos después de una limpieza dental.

Incluso puede utilizar enjuagues de agua salada para el mantenimiento diario. El agua salada ayuda a alcalinizar la boca, lo que es estupendo para equilibrar el pH de la boca y para la salud general de tu microbioma oral. Aunque no hay duda de si la sal es buena o no para tu higiene dental, el resto de tu cuerpo es otra historia.

La sal ha desempeñado un papel fundamental en la preparación ancestral de los alimentos durante miles de años. Sin embargo, en las últimas décadas, la sal se ha convertido en una especie de villano al asociarse con la hipertensión y las enfermedades cardiacas.

La noción de que una dieta baja en sal es mejor para nosotros comenzó hace unos 200 años y se basó en datos científicos erróneos. Los médicos sabían entonces que nuestro cuerpo dependía de la sal para mantener el equilibrio de la presión arterial. Creían que consumir demasiada sal contribuía a la hipertensión y a las enfermedades cardiacas. El resultado fueron enormes campañas gubernamentales (sin éxito) para que la gente comiera menos sal.

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