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¿Cómo hacer pasta fresca para guardar?

¿Cómo hacer pasta fresca para guardar?

Tiempo de cocción de la pasta fresca

La pasta casera es una delicia para la familia y los amigos. Como en la mayoría de las recetas sobra pasta, es importante saber cómo guardarla para conservar su frescura y su sabor. Entonces, ¿qué puede hacer un cocinero casero? Si necesita consejos sobre cómo conservar la pasta fresca, nuestra guía puede ayudarle. Aprenderás los mejores métodos de conservación, incluyendo cómo secar y congelar la pasta fresca para que puedas disfrutarla en los próximos días y semanas.

La pasta fresca puede secarse, refrigerarse o congelarse para su uso futuro. El método de almacenamiento que elijas depende del tiempo que quieras conservar la pasta. Mientras que algunas pastas secas comerciales pueden mantenerse frescas hasta dos años, la pasta hecha en casa tiene una vida útil más limitada: normalmente entre 2 y 6 meses para la pasta seca, hasta 8 meses para la pasta congelada o 1 día en el frigorífico.

Esta es la mejor opción de almacenamiento a largo plazo. Si haces pasta fresca a granel y quieres tenerla a mano durante más tiempo, sécala. Este método también ayuda a ahorrar espacio en el frigorífico o el congelador de tu cocina. La pasta seca no necesita ser refrigerada y puede almacenarse en la estantería en un recipiente hermético en una zona seca que no esté expuesta a temperaturas extremas.

Cocinar pasta fresca

Limpieza: Un entorno de trabajo limpio es esencial para prevenir la contaminación al trabajar con pasta y otros alimentos. Asegúrese de lavarse bien las manos antes de manipular la pasta. La zona de trabajo, las tablas de cortar y los utensilios deben estar limpios. No utilice para cortar la pasta la misma tabla de cortar que se utilizó para la carne cruda o las aves de corral, a menos que se haya lavado y secado adecuadamente antes de utilizarla. Cuando termine de hacer la pasta, asegúrese de limpiar bien la zona de trabajo y todos los utensilios. Los huevos de la pasta son un factor de riesgo potencial de salmonela. Limpiar la zona con agua caliente y jabón ayudará a eliminar los rastros de la bacteria.

Si has utilizado algún tipo de máquina de pasta, asegúrate de limpiarla a fondo cuando termines. Elimine todos los restos de pasta. No utilice agua para limpiar una máquina manual porque el agua hará que la máquina se oxide y quede inservible. Consulte el manual de usuario del fabricante para saber cuál es la mejor manera de limpiar cualquier tipo de máquina que utilice.

Manipulación: Al igual que con cualquier masa que contenga huevos crudos, la masa de pasta fresca al huevo no debe probarse nunca cuando esté cruda. También es importante que los huevos utilizados en la masa se hayan manipulado y almacenado correctamente. Utilice los huevos más frescos posibles. Los huevos deben guardarse en el frigorífico en la caja de cartón en la que se envasaron. Los huevos deben guardarse en la parte más fría del frigorífico, donde la temperatura se mantiene constante. Los huevos se conservan mejor cuando se almacenan a una temperatura no superior a los 40°F. La temperatura ideal es de 33°F a 38°F. Aunque la bacteria de la salmonela no se destruye a temperaturas inferiores a los 40°F, las bacterias que puedan estar presentes no crecerán.

Cómo doblar la pasta

La última vez que se puso de moda la pasta casera, compré tanto una máquina manual como un accesorio de extrusión para mi batidora de pie. Tocaba, enrollaba, hervía y comíamos. Fue divertido, pero bastante laborioso. Y entre el trabajo y la familia, mis días de hacer pasta fueron tristemente efímeros.

La harina puede ser de uso general, de trigo integral, de sémola o una combinación de éstas. La harina de estilo italiano es la mejor si se trata de hacer pasta en láminas delicadas, como para la lasaña. Las harinas de repostería y de pastelería son demasiado blandas para la pasta casera.

Algunas recetas exigen que se añada sal o aceite, pero no son realmente necesarios para la masa básica de la pasta. La pasta se salará mucho cuando se cueza en agua salada, y el aceite es mejor dejarlo como un aderezo más que como un ingrediente.

Haz una masa más blanda, con agua añadida, para la pasta que se enrollará en láminas. Una vez enrollada, puede dejarse entera para hacer lasaña, manicotti o raviolis, o cortarse en fettuccine, linguine u otras formas planas. La lasaña es un buen ejemplo de pasta que empieza siendo una masa más blanda.

Receta de pasta fresca

¿Adivina qué? Si tienes harina en tu cocina, puedes hacer pasta. Ahora mismo. ¿También tienes huevos? Tienes todo lo que necesitas para preparar una tanda de fettuccine suave y sedosa. ¿Tienes queso o verduras por ahí? Podrías sentarte a comer raviolis frescos, tortellini o una abundante lasaña en menos de dos horas.

Sin embargo, si haces una búsqueda rápida de recetas de pasta, lo más probable es que salgas más confundido que confiado. Algunas piden harina y huevos enteros, otras añaden agua o aceite. Las medidas de peso frente a las de volumen, los tiempos de amasado, las condiciones de reposo… todo es muy variado.

Y no es sólo un problema de los cocineros profanos. Cuando estaba en la escuela de cocina, tuve una serie de instructores que sólo me dejaron más desorientado. Algunos insistían en el aceite, otros en la sal, otros en las yemas adicionales o en un chorrito de agua. Los tiempos de amasado y reposo prescritos a menudo se contradecían. Un instructor nos decía que colgáramos la pasta para que se secara durante al menos 10 minutos antes de cocinarla; otros nos hacían mantenerla bien envuelta hasta el momento de echarla a la olla.

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