Demasiado yogur
El yogur es uno de los favoritos de los nutricionistas y expertos en salud porque combina bien con otros alimentos saludables como la fruta, la avena o la granola. Y, por supuesto, es un producto imprescindible para los amantes de los batidos saludables.
Las mujeres que consumían más yogur tenían entre un 3,1% y un 3,9% más de DMO en la cadera y el cuello femoral que las que comían menos yogur. Algunas de las medidas de función física eran un 6,7% más altas en las amantes del yogur. En el caso de los hombres, los resultados muestran un indicador de descomposición ósea un 9,5% menor para los que consumían más yogur frente a los que se encontraban en el otro extremo de la escala. Por lo tanto, esto significa que hay un “menor recambio óseo” en los que comen más yogur.
Teniendo en cuenta todas las diferencias en los factores de riesgo, el estudio determinó que, en el caso de las mujeres, cada porción adicional de yogur reducía el riesgo de osteopenia en un 31% y el de osteoporosis en un 39%. En los hombres, el riesgo de osteoporosis se redujo en un 52%.
He aquí una gran razón para disfrutar de una ración diaria de yogur: puede ayudar a combatir la artritis, la diabetes de tipo 2 e incluso el estrés. Los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el requesón, el kimchi y el té de kombucha, potencian las bacterias intestinales buenas y parecen ayudar a prevenir la inflamación, que puede desencadenar la diabetes y la artritis.
¿Es saludable el yogur?
El yogur es denso en nutrientes, ya que contiene altas cantidades de proteínas, calcio, potasio, fósforo, magnesio, zinc y vitamina B-12. Las mujeres que consumen yogur con regularidad suelen tener una mejor calidad de dieta en general que las que no lo consumen, según un estudio publicado en 2013 en “Nutrition Research.” Existen varios beneficios específicos para las mujeres que consumen regularmente yogur.
Las mujeres que consumen yogur suelen tener menos factores de riesgo de enfermedades crónicas, lo que puede mejorar su calidad de vida y aumentar su esperanza de vida. El estudio de 2013 en “Nutrition Research” informa de que comer yogur con regularidad se asocia con una menor presión arterial, glucosa en sangre y niveles de triglicéridos – y menos resistencia a la insulina en comparación con no comer yogur. Esto significa que las consumidoras de yogur pueden tener una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes.
Las proteínas, abundantes en el yogur, contribuyen a aumentar la saciedad y, por tanto, ayudan a las mujeres a controlar su ingesta total de calorías para un control de peso saludable. Un estudio de 2013 publicado en “Appetite” descubrió que las mujeres que consumían una merienda de yogur griego rico en proteínas -que contenía 24 gramos de proteínas en cada porción- presentaban una mayor saciedad, un mejor control del apetito y experimentaban un retraso en la ingesta posterior en comparación con las mujeres que consumían una merienda con menos proteínas.
Yogur probiótico
El yogur se elabora cuando la leche calentada se combina con bacterias, concretamente Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, y se deja reposar durante varias horas a una temperatura cálida (110-115°F). Pueden añadirse otros tipos de lactobacilos y bifidobacterias. Las bacterias convierten el azúcar de la leche, llamado lactosa, en ácido láctico, que espesa la leche y desarrolla su característico sabor ácido.
Las referencias al yogur y a la salud se remontan al año 6000 a.C., como se ve en los textos medicinales ayurvédicos de la India. En la década de 1900, el microbiólogo búlgaro Stamen Grigorov descubrió el bacilo Lactobacillus bulgaricus, una cepa de la bacteria bacilo que no se encuentra de forma natural en el intestino humano y que provoca la fermentación del yogur. También investigó los efectos específicos del ácido láctico sobre la salud.
Hoy en día, el yogur se puede encontrar en una variedad de formas, incluyendo el natural, pero a menudo con frutas o edulcorantes añadidos. También pueden añadirse espesantes y estabilizadores, como la gelatina y las pectinas, para conseguir una textura más espesa y un sabor más rico.
Estudios sobre la salud del yogur
Los estudios científicos realizados en Turquía demuestran que sólo 35 de cada 100 turcos consumen yogur con regularidad. Si eres uno de los que no comen yogur, te recomiendo que le abras un hueco en tu estómago. Quiero compartir algunos datos científicos sobre el yogur para animarte a incluirlo en tu dieta.
1 El yogur actúa como un antídoto mientras estás usando antibióticos: Debes tener en cuenta que siempre que estés usando antibióticos; el yogur se convierte en uno de los alimentos más importantes de tu dieta. Aunque los antibióticos destruyen las bacterias que causan enfermedades mientras estás enfermo, también hacen que las bacterias benignas mueran. Si quieres evitar los efectos secundarios de los antibióticos no debes olvidarte de consumir yogur.
2 Activa la producción de vitamina B: Nuestro cuerpo apenas puede producir vitaminas por sí mismo. Sólo las vitaminas B y K se producen a través de una reacción biológica en nuestros intestinos. Las personas que consumen regularmente yogur ayudan a su cuerpo a producir vitamina B en los intestinos. La vitamina B regula el equilibrio energético del cuerpo, a la vez que le protege de las enfermedades neuronales y autoinmunes. Para desencadenar este beneficio mágico del yogur, debes consumirlo con su agua; así que te recomiendo que compres yogur normal en lugar de yogur colado.