Alimentos para bebés de un año
Ahora que tu hijo ha superado el primer cumpleaños, el crecimiento se ralentiza y el apetito disminuye. Además, tu hijo es cada vez más independiente y su alimentación puede convertirse en un reto. Para asegurarte de que tu hijo recibe la nutrición que necesita, ten en cuenta las siguientes pautas.
Ofrézcale a su hijo una variedad de alimentos de los cinco grupos básicos. Si todavía está amamantando, siga haciéndolo mientras usted y su hijo lo deseen. Evite los alimentos con alto contenido en azúcar y bajos en nutrientes, como los dulces, los refrescos y los zumos.
Ideas de cenas para niños de un año
A esta edad, la leche materna sigue proporcionando una importante nutrición y protección contra las enfermedades, pero otros alimentos se convierten en su principal fuente de nutrición y energía. Aliméntale primero con otros alimentos y luego con el pecho si sigue teniendo hambre.
Asegúrate de que toma una ración de alimentos de origen animal (leche, productos lácteos, huevos, carne, pescado y aves de corral) cada día, además de legumbres (como garbanzos, lentejas o guisantes) o frutos secos, y verduras y frutas de color naranja o verde. Añade un poco de aceite o grasa a su comida para obtener energía.
Si no le das el pecho, tendrá que comer más a menudo. Al año, más o menos cuando empiece a andar, el horario de alimentación de tu hijo debe incluir de cuatro a cinco comidas al día, más dos tentempiés saludables. Los productos lácteos son una parte muy importante de la dieta de tu hijo: dale uno o dos vasos de leche al día.
Asegúrate de que tiene hambre a la hora de comer y de que no acaba de merendar. Aunque la lactancia materna sigue siendo saludable para tu hijo, dale el pecho sólo después de la comida. A esta edad, debe comer primero alimentos sólidos.
Mantén la calma y la aceptación. Presta atención positiva a tu hijo cuando coma, pero no conviertas en un problema el hecho de que no coma. Simplemente retira la comida, tápala y ofrécela de nuevo un poco más tarde.
Primeros alimentos sólidos para el bebé
Es muy importante elegir los alimentos adecuados para tu bebé durante el primer año de vida. Durante el primer año se produce más crecimiento que en cualquier otro momento de la vida de tu hijo. Es importante alimentar a tu bebé con una variedad de alimentos saludables en el momento adecuado. Empezar con buenos hábitos alimenticios en esta etapa temprana ayudará a establecer patrones de alimentación saludables para toda la vida.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que todos los bebés, niños y adolescentes tomen suficiente vitamina D a través de suplementos, leche de fórmula o leche de vaca para prevenir complicaciones por la deficiencia de esta vitamina. En noviembre de 2008, la AAP actualizó sus recomendaciones sobre la ingesta diaria de vitamina D para bebés, niños y adolescentes sanos. Ahora se recomienda que la ingesta mínima de vitamina D para estos grupos sea de 400 UI al día, empezando poco después del nacimiento. El profesional de la salud de tu bebé puede recomendarte el tipo y la cantidad de suplemento de vitamina D adecuados para él.
Plan de comidas para bebés
No hace falta que te estreses preparando comida especial para tu hijo de un año. Todo lo que come el resto de la familia lo puede comer él también. Sólo tienes que tener cuidado de evitar la mayor cantidad de sal posible en los alimentos. Por supuesto, esto excluye la mayor parte de la comida para llevar y de los restaurantes, ya que suelen contener mucha sal.
Los pepinos cortados son un tentempié rejuvenecedor en cualquier momento del día. Para facilitar su consumo, la mejor manera de cortarlos es a lo largo, haciendo “palitos de pepino” con forma de patatas fritas. Si es un día caluroso de verano, unos cuantos pepinos pueden evitar fácilmente la deshidratación.
El dal está repleto de proteínas, que ayudan al desarrollo muscular. El curry de dal se puede comer con arroz o chapatti y no tiene un sabor fuerte. Asegúrate de cortar el chapatti en pequeños trozos del tamaño de un bocado.
Procura comprar pollo ecológico, o pollo que esté certificado como libre de tratamientos hormonales. Cocinar demasiado el pollo para que esté más blando es una buena idea para tu hijo. Además, evita los aromas muy picantes y corta la carne cocida en trocitos, retirando los huesos antes de dársela a tu hijo.