Salsa de soja Kikkoman
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La salsa de soja es un condimento asiático que se originó hace más de 2000 años en China. Hay diferentes tipos de salsa de soja, pero el tipo que probablemente verá en la mayoría de los supermercados es la salsa de soja japonesa o shoyu. El shoyu suele ser más fino y claro que otros tipos de salsa de soja. Puede ser clara u oscura.
Tradicionalmente, la salsa de soja se elaboraba a mano mediante un proceso japonés llamado honjozo. Durante el proceso se fermentan las semillas de soja y luego se añaden otros ingredientes, como el trigo o la cebada. La mezcla se dejaba fermentar y luego se añadía una salmuera. Hoy en día, se utilizan métodos comerciales para elaborar muchas de las marcas que se ven en los estantes de las tiendas.
La salsa de soja confiere a los alimentos un sabor umami o sabroso. También hace que los alimentos sean más salados. Aunque existen variedades más bajas en sodio en el mercado, la mayoría de las salsas de soja son muy altas en sodio y no aportan ningún beneficio nutricional significativo.
Salsa de soja mala
Lo que hay que saber: La soja es un alimento único que se ha estudiado ampliamente por sus efectos estrogénicos y antiestrogénicos en el organismo. Puede parecer que los estudios presentan conclusiones contradictorias sobre la soja, pero esto se debe en gran medida a la gran variación en la forma de estudiar la soja. Los resultados de recientes estudios poblacionales sugieren que la soja tiene un efecto beneficioso o neutro sobre diversas condiciones de salud. La soja es una fuente de proteínas rica en nutrientes que puede consumirse con seguridad varias veces a la semana, y probablemente con más frecuencia, y es probable que aporte beneficios para la salud, especialmente cuando se consume como alternativa a la carne roja y procesada.
Ya sea en un artículo de prensa popular o en un estudio clínico bien diseñado, sigue habiendo cierto debate sobre la soja. Como especie de la familia de las leguminosas, los científicos especializados en nutrición suelen etiquetar la soja como un alimento con potencial para aportar importantes beneficios para la salud. Sin embargo, debido a las investigaciones contrarias que sugieren posibles efectos negativos de la soja en determinadas situaciones, se ha dudado en promover la soja de forma incondicional.
Características químicas y sensoriales de la salsa de soja: una revisión
Para elegir una salsa de soja saludable, los consumidores deben buscar un tipo de salsa que haya sido elaborada de forma natural y que además sea baja en sodio. Este tipo de salsa de soja suele estar disponible para su compra en las tiendas de alimentación locales. Las personas con alergias alimentarias únicas pueden encontrar variedades sin trigo y sin gluten que han sido fermentadas y que también son bajas en sodio.
La salsa de soja por sí sola no está vinculada médicamente a ninguna condición de salud negativa. Suele servirse como condimento para acompañar muchos tipos de cocina asiática. A menudo se encuentra en los restaurantes chinos, tailandeses, japoneses y vietnamitas como un aditivo alimentario básico que puede añadir sabor y color a cualquier comida.
Quienes se preocupan por el origen y los ingredientes de los alimentos que introducen en su cuerpo pueden beneficiarse comprando un tipo de salsa de soja elaborada de forma natural. Este tipo de salsa, que puede considerarse un tipo de salsa de soja saludable, se crea a través de un proceso de fermentación con granos de soja, trigo y agua. El producto resultante es rico en sabor y textura, y no contiene aromatizantes, edulcorantes ni conservantes artificiales. La salsa de soja producida químicamente suele derivarse utilizando ácido clorhídrico y jarabe de maíz de alta fructosa, lo que puede crear un sabor desagradable y añadir calorías a este tipo de alimentos.
La mejor salsa de soja
Condimento habitual en la cocina asiática, la salsa de soja se descubrió en China hace más de 2.500 años, según el fabricante Kikkoman. La salsa de soja añade un sabor picante y salado a la comida, además de una serie de beneficios nutricionales.
Una porción de una cucharada de salsa de soja, también conocida como tamari, tiene 335 miligramos de sodio, según la Base de Datos Nacional de Nutrientes del USDA. Aunque el sodio es un mineral esencial, necesario para las funciones corporales básicas, como la transmisión nerviosa y la regulación de la presión arterial, el límite máximo de sodio recomendado para los adultos es de 2.300 miligramos al día. Se reduce a 1.500 miligramos diarios para quienes tienen antecedentes de enfermedades cardiovasculares, son afroamericanos o tienen 51 años o más.
Debido al rico sabor de la salsa de soja, se necesita menos cantidad para producir el mismo perfil de sabor que la sal de mesa. Esto significa que, a pesar de su contenido relativamente alto en sodio, puede ayudar a mantener su consumo de sodio bajo control. Dado que la mayoría de los estadounidenses consumen demasiado sodio en su dieta, utilizar salsa de soja en lugar de sodio podría ayudar a reducir la cantidad de sodio que se ingiere al día, sin comprometer el sabor. Una publicación de 2009 en el “Journal of Food Science” descubrió que la sustitución de la sal de mesa por salsa de soja elaborada de forma natural en los alimentos no disminuía la intensidad del sabor de los mismos, a pesar de que se reducía el contenido total de sodio. En algunos casos, había un 50% menos de sodio en los alimentos y no había ningún cambio perceptible en el sabor.