Estabilizar el azúcar en la sangre
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Las personas con diabetes que buscan un edulcorante que no afecte a sus niveles de azúcar en sangre suelen recurrir a los sustitutos del azúcar. Sin embargo, aunque todos los edulcorantes artificiales del mercado están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) y se consideran seguros, hay investigaciones que demuestran que pueden ser más perjudiciales que beneficiosos para prevenir la obesidad y la diabetes. Si tiene diabetes o corre el riesgo de desarrollarla, es importante que conozca los tipos de sustitutos del azúcar y cómo afectan al organismo.
Lista de edulcorantes artificiales
Lo más probable es que haya probado uno o más sustitutos del azúcar en un esfuerzo por reducir las calorías o controlar su consumo de carbohidratos. Tal vez utilice un edulcorante como la sucralosa (marca Splenda) en su café matutino, o tal vez busque una lata de refresco dietético que contenga aspartamo para ayudar a saciar su sed. Pero quizá se pregunte si puede utilizar sustitutos del azúcar cuando cocine u hornee. ¿Puede utilizarlos y, si es así, qué es lo que mejor funciona?
Los sustitutos del azúcar, que también se denominan edulcorantes artificiales, edulcorantes no nutritivos o edulcorantes no calóricos, son edulcorantes que prácticamente no contienen calorías ni carbohidratos. Estos edulcorantes son sustancias químicas o vegetales que son cientos de veces más dulces que el azúcar normal (sacarosa) y que tienen poco o ningún efecto sobre los niveles de azúcar en sangre. Los sustitutos del azúcar son muy populares entre los diabéticos y la población en general. Teniendo en cuenta que una lata de refresco de cola normal contiene 143 calorías y 40 gramos de carbohidratos (todos ellos procedentes del azúcar), es fácil entender que uno busque una lata de refresco dietético con 0 calorías y 0 gramos de carbohidratos.
Diabetes por edulcorantes artificiales
Lo más probable es que haya probado uno o más sustitutos del azúcar en un esfuerzo por reducir las calorías o controlar su consumo de carbohidratos. Tal vez utilice un edulcorante como la sucralosa (marca Splenda) en su café matutino, o tal vez busque una lata de refresco dietético que contenga aspartamo para ayudar a saciar su sed. Pero quizá se pregunte si puede utilizar sustitutos del azúcar cuando cocine u hornee. ¿Puede utilizarlos y, si es así, qué es lo que mejor funciona?
Los sustitutos del azúcar, que también se denominan edulcorantes artificiales, edulcorantes no nutritivos o edulcorantes no calóricos, son edulcorantes que prácticamente no contienen calorías ni carbohidratos. Estos edulcorantes son sustancias químicas o vegetales que son cientos de veces más dulces que el azúcar normal (sacarosa) y que tienen poco o ningún efecto sobre los niveles de azúcar en sangre. Los sustitutos del azúcar son muy populares entre los diabéticos y la población en general. Teniendo en cuenta que una lata de refresco de cola normal contiene 143 calorías y 40 gramos de carbohidratos (todos ellos procedentes del azúcar), es fácil entender que uno busque una lata de refresco dietético con 0 calorías y 0 gramos de carbohidratos.
La diabetes de Splenda
Jamie Pitlick no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Al pasear por la tienda de comestibles, es fácil sentirse abrumado por las numerosas marcas y declaraciones de propiedades saludables de las docenas de sustitutos del azúcar. Puede resultar especialmente confuso para quienes padecen diabetes o prediabetes y deben mantener su nivel de azúcar en sangre a raya y controlar su peso.
Con la creciente epidemia de diabetes y obesidad, ha aumentado la concienciación sobre el uso de azúcares añadidos en los alimentos. La edición más reciente de las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomienda que los azúcares añadidos se mantengan por debajo del 10% de las calorías consumidas, lo que supone unas 270 calorías al día.
Esto se debe a que los “azúcares añadidos” añaden dulzor o sabor, pero aportan muy poco valor nutricional. Debido a esta tendencia, la industria alimentaria se ha embarcado en una búsqueda para encontrar o desarrollar el sustituto perfecto del azúcar, con el mismo sabor y sin las calorías que provocan el aumento de peso.