Directrices del Nhs para bebés
Los bebés de menos de un año no tienen el sistema inmunitario completamente desarrollado, por lo que las bacterias que no causan enfermedades en los adultos o en los niños mayores pueden causar enfermedades graves en los bebés y, por lo tanto, suelen ser susceptibles de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos.
Los bebés suelen ser susceptibles de contraer enfermedades de origen alimentario. Los niños menores de un año no tienen el sistema inmunitario completamente desarrollado y, por ello, las bacterias que no causan enfermedades en un adulto o en un niño mayor, pueden causar enfermedades graves en los bebés. Los padres y cuidadores pueden reducir este riesgo con prácticas seguras de manipulación de alimentos. Siempre es importante salvaguardar los alimentos para bebés y jóvenes La Extensión de la Universidad Estatal de Michigan y Foodsafety.gov ofrecen estas directrices.
La práctica más importante que puede hacer para mantener los alimentos seguros es lavarse las manos. Tus manos pueden recoger patógenos y bacterias dañinas en tareas como cambiar pañales, dar de comer al perro, ir al baño o preparar carne o huevos crudos. Lávate siempre las manos después de realizar cualquiera de estas tareas y especialmente cuando prepares alimentos para bebés.
Comidas en el congelador de Blw
Cuando se trata de preparar la comida para el destete, a los padres les resulta más fácil producir grandes lotes que puedan convertirse en varias comidas, en lugar de hacer porciones pequeñas cada día. A continuación, te explicamos cómo puedes hacer que ese exceso de comida para bebés dure y te facilite el proceso de destete.
Cuando recalientes los alimentos para bebés congelados, asegúrate de que están bien cocidos, ya que es importante para eliminar las bacterias. Una vez recalentada la comida para bebés congelada, puedes dejarla enfriar en la nevera antes de servírsela a tu pequeño.
La carne, el pescado y el arroz pueden conservarse un día más en la nevera, y los purés de verduras pueden durar dos días. Cuando los guardes en la nevera, utiliza un recipiente distinto al que le das de comer a tu bebé, ya que su saliva puede propagar las bacterias.
Vaca y puerta
Tanto si compras la comida del bebé en el mercado como si la preparas desde cero, es importante saber cómo almacenar, preparar y recalentar la comida de tu bebé de forma correcta y segura. Los alimentos para bebés comprados en el mercado suelen venir en un tarro de cristal, en un recipiente de plástico o en una bolsa y, por lo general, no es necesario refrigerarlos ni congelarlos antes de abrirlos. Estos alimentos se fabrican para que se conserven en las estanterías, como cualquier otro artículo de la despensa (piensa en alubias, sopas o condimentos). Por lo general, pueden mantenerse frescos en la estantería durante uno o dos años, pero compruebe siempre las fechas de caducidad con atención.1
Asegúrate de refrigerar los alimentos para bebés recién cocinados antes de que transcurran 2 horas, ya que las bacterias empiezan a crecer a temperatura ambiente una vez transcurridas esas 2 horas. Ten en cuenta que el frigorífico debe mantenerse a una temperatura igual o inferior a 40 grados F. Si está más caliente, las bacterias que causan enfermedades pueden proliferar y multiplicarse rápidamente.3
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Cómo descongelar los alimentos para bebés
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Los padres se preguntan a menudo si es necesario calentar la comida del bebé, que suele introducirse por primera vez alrededor de los 6 meses de edad. A algunos les preocupa que haya que calentarla antes de servirla para que sea más fácil de digerir. Otros creen que es necesario calentarla para matar cualquier organismo que pueda estar presente en la comida y que pueda enfermar al bebé.
Las modernas normas de seguridad alimentaria para los alimentos comerciales, incluidos los alimentos para bebés, garantizan que es perfectamente seguro tomar los alimentos para bebés envasados directamente de la estantería del supermercado y dárselos a tu bebé. Lo mismo ocurre con cualquier comida preparada que hagas, siempre que esté bien cocinada y se conserve adecuadamente.
Deberás seguir las mismas normas de seguridad alimentaria que utilizas para cualquier alimento, como refrigerar los productos perecederos, envolver adecuadamente las sobras, evitar la contaminación cruzada, cocinar bien las carnes y desechar los productos que ya no estén frescos.