Cómo la mayor fábrica de pasta del mundo produce 1.400
Durante la Segunda Guerra Mundial, Vito Gallo le confió a uno de sus compañeros de armas que si volvía sano y salvo a su ciudad natal, Mazara del Vallo, en Sicilia, fundaría una gran fábrica de pasta. Porque creía que los valores de la paz, la amistad y la fraternidad podían reforzarse en torno a la mesa. Y así fue como en 1944 Vito sentó las bases para el nacimiento de una fábrica que produciría una de las mejores pastas italianas que en cada bocado traería el recuerdo de los rubios campos de trigo, el cálido sol y la brisa del mar siciliano.
Sus hijos y las generaciones más jóvenes han continuado esta tradición, y hasta el día de hoy la pasta se produce siguiendo una rigurosa selección del mejor trigo duro siciliano. A través de un meticuloso control de toda la cadena de producción, con modernas maquinarias y una cuidadosa y exhaustiva supervisión de los procesos de fabricación, se obtiene una pasta que posee excelentes características de cocción, una perfecta capacidad de absorción de los condimentos y que, gracias a sus mejores ingredientes, garantiza también una altísima digestibilidad. ¡Una genuina receta de la familia Gallo que por ganeración perpetúa el objetivo de hacer de su pasta una de las mejores de Italia!
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En Pastas Gallo llevamos toda la vida a tu lado, innovando y eligiendo los mejores trigos para que tengas sólo los mejores productos para tus platos. Gracias a tu fidelidad a lo largo de estos años celebramos nuestro 75 aniversario. Y lo hacemos mirando hacia atrás y sintiéndonos orgullosos del camino recorrido a tu lado. Pero también mirando hacia adelante, centrándonos en el ahora y anticipando los retos del futuro.
Pastas Gallo es el sueño hecho realidad de un joven emprendedor, José Espona. En 1946, con sólo 20 años y habiendo pedido prestadas 15.000 pesetas a su padre, compró una fábrica de harina en Rubí (Barcelona). En aquella época, todos los fabricantes de pasta trabajaban exclusivamente con trigo blando, pero José Espona estaba a punto de romper el molde. Su carácter innovador allanó el camino para la introducción del trigo duro en España. Convenció a muchos agricultores para que empezaran a cultivar esta nueva variedad de trigo en España y plantó la semilla de lo que, años más tarde, haría de nuestros productos algo verdaderamente único.
Gallo pasta integral
La empresa española de alimentación respaldada por inversores Pastas Gallo está reorganizando sus operaciones de pasta mediante la consolidación de la producción y el envasado de la variedad seca bajo un mismo techo en su planta de la ciudad de El Carpio, situada en la provincia de Córdoba.
La pasta seca que actualmente se fabrica en las instalaciones de la empresa en Granollers (Barcelona) se trasladará a El Carpio, según confirmó un portavoz de Pastas Gallo, que añadió en un comunicado: “El objetivo de esta nueva estrategia es consolidar y redefinir las funciones de sus fábricas”.
Pasta Gallos cuenta con otros dos centros cerca de Barcelona, situados en Esparraguera, que produce pasta sin gluten, y en Sant Vicenç dels Horts, sede de Ta-Tung, un fabricante de platos preparados de estilo asiático que la empresa adquirió el pasado verano.
Las negociaciones con los empleados ya han comenzado, con una oferta inicial de traslado de 37 empleados a El Carpio, o de otras plantas de Pastas Gallo para los 37 restantes. Pero el resultado y el calendario dependerán de los resultados de esas conversaciones, dijo el portavoz.
“Para llevar a cabo este traslado, se ha tomado una decisión que compromete la continuidad de los contratos de trabajo y el mantenimiento de la experiencia mediante la opción de un traslado colectivo”, se lee en el comunicado.
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Pastas Gallo fue fundada por José Espona en 1946, mediante la adquisición de una fábrica de harina en Rubí, Barcelona. Por aquel entonces, los fabricantes de pasta sólo trabajaban con trigo blando, pero José Espona -con su espíritu emprendedor y su mente innovadora- abrió el camino del trigo duro en España convenciendo a un gran número de agricultores para que empezaran a plantarlo y cultivarlo.
En 1958, Espona compró la fábrica de El Carpio, inicialmente un molino, y la transformó en una fábrica de pasta. La venta de pasta de sémola de trigo duro era difícil en un mercado que no estaba familiarizado con el ingrediente. Pero en poco más de una década, la Pasta Gallo se ganó el corazón de los consumidores y llegó a estar disponible en más de 100.000 puntos de venta en toda España.