Plan de dieta saludable para perder peso
Comer alimentos buenos para usted y mantenerse físicamente activo puede ayudarle a alcanzar y mantener un peso saludable y a mejorar cómo se siente. También puede descubrir que moverse más y comer mejor puede ayudarle a mantener las exigencias de su ajetreada vida y a estar ahí para las personas que dependen de usted.
Su familia, sus amigos y sus compañeros de trabajo pueden ser una gran fuente de apoyo mientras trabaja para adoptar hábitos más saludables. Pídales que se unan a sus esfuerzos. Estar sano también es importante para ellos. Si tomáis decisiones saludables juntos, puede que os resulte más fácil moveros más y comer mejor.
La mayoría de las personas no necesitan consultar a un profesional de la salud antes de empezar una actividad física menos intensa, como caminar. Sin embargo, si tiene enfermedades crónicas, como la diabetes, o síntomas de enfermedades crónicas, hable con un profesional de la salud sobre el tipo y la cantidad de actividad física que es mejor para usted.
Para mantener o mejorar su salud, intente realizar 150 minutos a la semana -o al menos 30 minutos todos o casi todos los días de la semana- de actividad física moderada. Las actividades moderadas son aquellas en las que puede hablar -pero no cantar- mientras las realiza, como caminar a paso ligero o bailar. Estas actividades aceleran el ritmo cardíaco y la respiración.
Alimentos para una dieta saludable
Se recomienda consumir menos de 5 g de sal al día (menos de una cucharadita al día) para los adultos con presión arterial normal. Muchos australianos consumen el doble de esta cantidad cada día. El 75% de nuestra ingesta de sal procede de los alimentos envasados y procesados que comemos a diario, como el pan, las carnes procesadas y las sopas. Reducir la comida para llevar te ayudará a reducir tu consumo de sal. Ponerlo todo en orden Si tienes que hacer bastantes cambios, al principio todo puede parecer un poco desalentador. Puede que te preocupe: Pero pronto te acostumbrarás. Cambiando tu forma de considerar la comida y con un poco de planificación, tus pequeños cambios pronto se sumarán. Cambia tu forma de pensar sobre la comida Hay muchos mitos sobre la comida sana. No elijas los alimentos basándote en falsas creencias. Algunas cosas que puedes probar: Formas de organizarse Planificar con antelación puede hacer que el cambio de hábitos alimentarios sea mucho más fácil: Abastece tu despensa y tu nevera con ingredientes fáciles de preparar y de cocinar.
Texto de alimentos saludables
Para llevar una dieta más saludable, hay que combinar la ciencia de la nutrición, una sacudida de sentido común y el puro disfrute. La mayoría de nosotros sabemos que la ensalada fresca, las bayas y la disminución de la velocidad al comer son mejores para nosotros que engullir barritas energéticas y dulces. Pero, ¿cómo dar el salto de nuestros hábitos actuales a otros más saludables?
Cómo: cambiando a las grasas saludables, como el aceite de oliva, el de girasol y el de canola, que se mantienen en estado líquido cuando se guardan en la despensa. Pero todas las grasas tienen una alta densidad calórica, así que utiliza sólo las que necesites para cocinar y aliñar las ensaladas.
Las almendras, los anacardos, las avellanas, los cacahuetes, las pacanas y los pistachos contienen muchos nutrientes beneficiosos, como vitamina E, ácido fólico, potasio y fibra. Aunque muchos frutos secos tienen un alto contenido en grasa, ésta es principalmente insaturada: una gran opción para ayudarte a comer de forma saludable.
Cómo: Durante dos días, no pongas nada de sal en tu comida. Un breve descanso puede ayudar a restablecer tus papilas gustativas. Después, deja el salero en el armario para que te cueste un poco de esfuerzo cogerlo. Convierte en un ritual el hecho de probar de verdad la comida antes de decidir si hay que retocarla.
Plan de alimentación saludable
Un plan de alimentación que le ayude a controlar su peso incluye una variedad de alimentos saludables. Añada una variedad de colores a su plato y piense que está comiendo el arco iris. Las verduras de hoja oscura, las naranjas y los tomates -incluso las hierbas frescas- están cargados de vitaminas, fibra y minerales. Añadir pimientos, brócoli o cebollas congelados a los guisos y tortillas les da un rápido y cómodo impulso de color y nutrientes.
El Plan MyPlate del USDA puede ayudarle a identificar qué y cuánto comer de los diferentes grupos de alimentos, manteniéndose dentro de la cantidad de calorías recomendada. También puede descargarse Mi diario de comidas [PDF-106KB] para ayudarle a hacer un seguimiento de sus comidas.
Las frutas frescas, congeladas o enlatadas son excelentes opciones. Prueba otras frutas además de las manzanas y los plátanos, como el mango, la piña o el kiwi. Cuando la fruta fresca no sea de temporada, prueba con una variedad congelada, enlatada o seca. Ten en cuenta que la fruta seca y enlatada puede contener azúcares o jarabes añadidos. Elija variedades de fruta enlatada envasada en agua o en su propio zumo.
Añada variedad a las verduras asadas o al vapor con una hierba como el romero. También puede saltear (freír) las verduras en una sartén antiadherente con una pequeña cantidad de spray para cocinar. O pruebe las verduras congeladas o enlatadas para una guarnición rápida: sólo tiene que calentarlas en el microondas y servirlas. Busque verduras enlatadas sin sal añadida, mantequilla o salsas de crema. Para variar, pruebe una verdura nueva cada semana.