Paté de hígado de pollo
Abu-Salem FM, Khalaf HH. 1988. Changes of microbiological and chemical properties of chicken meat products (fine chest, sausage and luncheon) during frozen storage at (-18 °C) for 10 months. Ann. Agric. Moshtohor 26 2617-2626.
Davidson MP. 2001. Conservantes químicos y compuestos antimicrobianos. En Food microbiology: Fundamentals and frontiers. Editado por M.P. Doyle, L.R. Beuchat & T.J. Montville, pp. 593-627. ASM Press Washington, EE.UU.
El-Moueffak AH, Christian C, Antoine M, Montury M, Demazeau G, Largeteau A, Roy B, Zuber F. 1995. High pressure and pasteurization effect on duck Foiegras. International J. of Food Sci. & Tech. 30, 737-743.
El-Saaid Basuni SS. 1993. Chemistry and technology of fish preservation and processing. “Book”, 35-207, publicado por la Facultad de Agricultura de la Universidad de Zagazig (en árabe). Epicurean Com. 2005. Receta de pasta de hígado de pollo (pate de foie gras). Epicurean Com for food and wine lovers, 15/10/2005.
Guy G, Rousselot PD, Gourichon D. 1991. Comparison des performances quantitativees et qualitatives due gavage de l,oie, du canard mulard et du canard de Barbarie. Jounees de recherches avicoles, Tours, 28 de abril de 1993, 99-105, INRA Station de Recherches Avicoles, Nouzilly.
¿Cuáles son las desventajas de comer hígado de pollo?
Los hígados de aves de corral conllevan un riesgo especialmente elevado de Campylobacter, ya que la bacteria puede estar presente en todo el hígado, no sólo en la superficie como ocurre con otras carnes de aves de corral, y pueden seguir siendo una fuente de infección si no se cocinan lo suficiente.
¿Con qué frecuencia se debe comer hígado de pollo?
Su propio hígado no puede procesar el exceso de vitamina A con suficiente rapidez, por lo que comer una cantidad importante de hígado con regularidad podría provocar hipervitaminosis A. La mayoría de los médicos recomiendan que las personas sin deficiencias vitamínicas coman sólo una ración de hígado a la semana para evitar estos efectos.
Hígado de pollo frente a hígado de ternera
El Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) es un Organismo Público de Investigación (OPI) autónomo de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad. Es el único organismo público de investigación de la Administración General del Estado dedicado exclusivamente a la investigación agroalimentaria y forestal. La misión del INIA, en coordinación con las instituciones equivalentes de las Comunidades Autónomas, es contribuir al progreso continuo y sostenible mediante el desarrollo
d (TBA), nitrógeno volátil total (TVN), índice de peróxidos (PV), ácido graso libre (FFA), amoníaco, índice de saponificación y, por tanto, para inhibir la oxidación lipídica y prevenir el enranciamiento hasta nueve días de almacenamiento refrigerado (4 grados C). Este nivel también se recomienda como agente conservante para inhibir el deterioro bacteriano de la pasta de hígado de pollo (foie gras). Una evaluación sensorial mostró que la pasta de hígado de pollo era muy aceptable desde el punto de vista del sabor, olor, aspecto, color y textura. En comparación con la pasta de hígado de pato, los resultados demostraron que no se observaban diferencias significativas entre la pasta de hígado de pollo y la de pato.
Información nutricional del hígado de pollo 100g
Ya hemos escrito antes sobre el poder de las vísceras y el enorme impacto que ha tenido en nuestra vida incluirlas a diario en nuestra dieta. Puede leer más en nuestro post Cómo el hígado cambió mi vida. Pero, ¿qué pasa con el corazón y el hígado de pollo? En este artículo le explicamos cómo puede incluir estos órganos ricos en nutrientes en la dieta de su familia y por qué debería hacerlo.
El consumo de vísceras ha pasado de moda en los últimos años, arrinconadas por las populares carnes musculares. Sin embargo, hay razones de peso por las que todo el mundo debería incluirlas en su dieta habitual.
De hecho, Weston A. Price, un famoso dentista de principios del siglo XX, viajó por todo el mundo estudiando la salud y, en concreto, los dientes y mandíbulas, de diferentes grupos de personas. Lo que descubrió fue que las tribus más sanas eran las que apreciaban las vísceras y las consideraban sagradas. Esto era especialmente cierto en el caso de las embarazadas y las madres lactantes, ya que les permitía criar bebés robustos y sanos.
En tiempos más recientes, desde la revolución industrial y la agricultura industrial, los hábitos alimentarios han cambiado mucho. Incluida la forma de consumir la carne. Si antes la carne se consideraba un manjar, ahora se consume en abundancia. Con ello, las carnes musculares han ganado en popularidad, mientras que las vísceras han permanecido casi intactas durante varias décadas.
Nutrición del hígado de vacuno
El hígado de mamíferos, aves y peces se consume habitualmente como alimento humano (véanse los despojos). Los hígados de cerdo, cordero, ternera, buey, pollo, ganso y bacalao están muy extendidos en carnicerías y supermercados, mientras que los de raya y rodaballo son comunes en algunos países europeos.
El hígado de los animales es rico en hierro, cobre, vitaminas del grupo B y vitamina A preformada. El consumo diario de hígado puede ser perjudicial; por ejemplo, se ha demostrado que la toxicidad de la vitamina A causa problemas médicos a los bebés de madres embarazadas que consumieron demasiada vitamina A. [1] Una sola ración de hígado de ternera supera el nivel máximo tolerable de ingesta de vitamina A.[2] 100 g de hígado de bacalao contienen 5 mg de vitamina A y 100 µg de vitamina D.[3] El hígado contiene grandes cantidades de vitamina B12, y éste fue uno de los factores que propiciaron su descubrimiento[4].
En las lenguas romances, la palabra anatómica para “hígado” (foie en francés, fegato en italiano, hígado en español, etc.) no deriva del término anatómico latino jecur, sino del término culinario ficatum, literalmente “relleno de higos”, en referencia a los hígados de las ocas cebadas con higos (foie gras)[5].